miércoles, 17 de julio de 2013

ALFONSO BREZMES / COMME D´HABITUDE


ALFONSO BREZMES
COMME D´HABITUDE


Hablábamos de la Nouvelle Vague
con la arrogancia de quien no sabe
que algo está pasado de moda,
y jugábamos a los poetas malditos
corriendo por puentes y museos
a punto de cerrar, como en esas pelis
antiguas de Godard o de Truffaut donde
la conciencia es una voz en off y la vida
un viejo fotograma en blanco y negro.

La juventud nos pilló demasiado tarde,
bajo los adoquines de una calle donde
no se escondía la playa y, pese a todo,
fue dulce el amor, ese disparo a bocajarro
en el cielo estrellado de dos bocas
que nunca acaban del todo de saberse.

Ella, os lo juro, era hermosa como un día
de verano, y yo leía con erres imposibles
como si todos fuésemos Cortázar, y lucía
una bufanda muy fea que daba vueltas y más
vueltas por toda la manzana de mi calle,
hasta acabar siempre enredada
en los lejanos suburbios de su cuello.

Un día voló -no la bufanda, sino ella-
como suelen volar las cosas que no tienen
alas, pero que huyen de puntillas
para no hacer mucho ruido, y yo
soy ahora esa voz en off que aún suena
en una vieja peli de Truffaut o de Godard
donde la vida sigue siendo –qué remedio-
un viejo fotograma en blanco y negro.




 Alfonso BrezmeS

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